- La contemplación del Corazón de Jesús presente en la Eucaristía, de donde emana la insondable riqueza y misericordia.
- La devoción filial al Corazón de María para aprender de ella, su ternura de Madre hacia su Hijo y su docilidad a la voluntad del Padre, modesta, sencilla y alegre.
- El testimonio de amor conyugal desde la propia familia, mediante la práctica de mandamientos, la participación a los sacramentos y la evangelización a través de la Palabra de Dios en la oración, la reflexión y la vivencia cristiana.
¡ Te amo Jesús!